sábado, 1 de junio de 2013

p y r a m i d s



En París hay un puente que, a pesar de estar construido con un acero más ligero que el viento que corre entres sus rendijas, pesa más que los otros. Cuando brilla el Sol en la capital, miles de destellos se desprenden de la inmensidad de candados que hay atados en él. Hay de todos los tipos, colores y formas. Están atados entre ellos, con fechas desconocidas, con nombres de todos los rincones del mundo que hablan en un mismo lenguaje. A veces me pregunto que harán las parejas con las llaves que   cierran su amor cerca del museo d'Orsay : las tirarán al río y contribuirán a la contaminación de su suelo? Se guardarán una copia por si algún día se rompe lo que debería haber forjado para siempre el metal? El caso es que el cine ha hecho mella en las mentes volátiles de los turistas y es que esta nueva tradición moderna viene inspirada de la película "Tengo ganas de ti" adaptada de la novela del italiano Federico Moccia donde un enamorado le jura a otra enamorada que estarán juntos para siempre. Se me saltan las lágrimas de cocodrilo imaginando la escena romántica. Que pensará entonces Léopold Sédar Senghor, poeta de la negritud, de esta nueva re-metaforización de su querida pasarela?  Como Paris es de todos y de nadie, tanto él como yo, los dejaríamos a merced del óxido y del recuerdo. 




El paseo de hoy, sin embargo, termina en las afueras del museo del Louvre. Somos jóvenes y se nos han acabado nuestros días en París. Las inmensas galerías del antiguo palacio de las Tullerías nos desafían a visitarlas y llenar nuestras mentes de cultura, pero la depresión de volver al gris y húmedo Lyon nos magnetiza a los bancos y fuentes que envuelven las pirámides. El choque de arquitectura ya pasa desapercibido para los habitantes, pero al igual que la Torre Eiffel, estos dos triángulos de metal en tres dimensiones del chino Ieoh Ming Pei fueron origen de muchos debates. Como todo en la ciudad de la luz, merece unas buenas postales y también un estupendo vídeo de momento está en elaboración y que pronto os enseñaré también por aquí. Por lo demás y vista la gran acogida del relato en el blog os presentaré dentro de poco un segundo volumen de todas esas historias de ayer y de hoy que últimamente se me pasan mucho por la cabeza. Por cierto, se me olvidaba :  bienvenido Junio!





Fotos Sello C L I C K

3 comentarios:

  1. Me pregunto que haría esa señora solitaria entre tanto candado... quizás, a falta de otro acompañante, jurarle amor eterno a París, su ciudad y la de tantos otros.

    Magnífico como siempre.

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  2. Muy bien chicos, Jose y Clara, el virus de Paris ya lo tenéis inyectado. No intentéis ningún antibiótico contra él porque es imposible. No sirve de nada. Dejadlo crecer en vuestro interior y os ayudará a caminar y a seguir creando.
    Me alegro mucho de haber contribuido a que se expanda esta epidemia.
    Besos para los dos y para todos aquellos enfermos de esa terrible enfermedad llamada Paris.

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  3. Más relatos, más relatos (eh eh eh) jaja y bueno eso del gris Lyon, París también es gris u know, pillasteis buenos días, igualmente el cielo plateado de París no se cambia por nada, aún no me he ido y ya la estoy lloriqueando aunque disfrutando al máximo por esta etapa.

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